martes, 11 de enero de 2011

Él se habia llevado su paraguas, pero ya no llovia

Y mientras él se marchaba, Margaret abría la nota de papel junto a la ventanilla, sentada en el asiento de su coche, con una ligera expresión de felicidad en su rostro, que pasaba desapercibida junto a las lágrimas que bajaban por su mejilla; una nota donde veía reflejados casi 4 meses, una nota donde lo único que una persona normal podía leer era "te quiero, Margaret"; una nota donde ella, que en este caso no se consideraba una persona normal si no estaba junto a él, podía leer "adiós Margaret". Y así pasaron las horas, eternidades para Margaret, y ella seguía allí sentada, mirando al asiento de al lado, como si esperara a alguien mas. Entonces miro a la ventana, y vio como el dibujo que ella había hecho días atrás con las marcas del vaho en el cristal seguían ahí. Ese día llovía también. Pensaba que, a lo mejor el solo había ido a dar una vuelta. que le iba a regalar un ramo de flores, de esas rojas que tanto le gustaban.. o que tal vez él solo quería comprar el periódico; pero no, no fue así porque ella dejaba pasar algo por alto; algo importante. Él se había llevado su paraguas, pero ya no llovía.

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