viernes, 28 de enero de 2011

Huecos

Dicen que al mal tiempo buena cara, que después de la tormenta siempre llega la calma, pero que al fin y al cabo las cosas nunca cambian. Que todo lo que sube baja, pero que agua que pasa no mueve molinos. También dicen que todo el mundo merece una segunda oportunidad, pero que segundas partes nunca fueron buenas; que quien tiene boca se equivoca y que rectificar es de sabios. Que querer es poder y hace más quien quiere que quien puede, pero que quien todo lo quiere todo lo pierde, además que de donde no hay no se puede sacar. Que quien no arriesga no gana, que quien la sigue la consigue. Que no por mucho madrugar amanece más temprano, pero que a quien madruga Dios le ayuda. Que si te pica te rascas, que todo lo que escuece cura. Que no hay mayor ciego que el que no quiere ver, que a palabras necias oídos sordos, pero que a buen entendedor pocas palabras bastan.
Dicen tantas cosas que a veces me pregunto: ¿también piensan?

Transparente, sobre todo

La amistad es una cajita de cristal. Pequeña, transparente, donde guardas allí dentro todos tus pensamientos, ideas, cariño y amor. Un amigo es más que una persona. Algo que no es físico, algo que siempre llevas. Es eso que recoges por el camino y guardas en tu cajita de cristal, cuidadosamente acomodado en su interior de terciopelo.

Se le ha corrido el rimel, y eso no está bien.

Es invierno y llueve, pero aun así, Alice lleva la ventanilla bajada y va asomada en ella. El viento rebolotea en su pelo y unas pequeñas gotas cristalinas empañan su cara. Ella mira el paisaje con morriña, y a ratos, una pizca de decepción asoma entre su mirada. Ya estaba de vuelta en casa. De nuevo, tendría que volver a empezar, a ver las mismas caras. Y eso a ella, no le gustaba. Cogió su maleta y subió las escaleras con desgana, ya casi no recordaba el crujido del último escalón, ni el color azul turquesa de la fachada. Cruzó el estrecho pasillo hasta su habitación, agarró el pomo y sintió como los recuerdos la abrazaban, igual que a una extraña. Abrió la puerta y miró a su alrededor, todo estaba tal y como ella recordaba.
Cuando acabó de colocar todo, ya el reloj marcaba las ocho. Antes subía al desván, pasaba mucho tiempo allí, sobre todo en invierno. A veces salía fuera también, aunque lloviese, no le importaba mojarse. Adoraba el olor de la tierra húmeda y sentarse sobre el mullido césped, mientras dejaba que la lluvia calara en sus huesos. Pero ahora ya no. Se le había corrido el rímel y eso no estaba bien, sacó su neceser de maquillaje. El rosa fucsia predominaba en su mirada, destellos de dorados y plateados, se hacían con el control de su piel. De nuevo todo estaba colocado. Llovía, llovía a cántaros. Alice no subió al desván, ni salió fuera a cantar, como en aquellas tardes de invierno, en las que reía hasta desmayarse y después, se dejaba caer exhausta sobre la hierba aún mojada. Pero ahora ya no. Ahora lleva uñas de porcelana, usa ropa de marca y se ha echo una permanente cara, muy cara. Ahora, se le ha corrido el rímel y eso no esta bien. Nada bien. Hace ya tiempo que Alice renunció a lo que más le gustaba por tener un grupo de amigas, de esas amigas guays que todo el mundo quiere tener, y ahora Alice ríe chistes tontos sin ganas. Alice ha cambiado como persona y ella no lo sabe.
Ignora, que desde hace ya mucho tiempo... no llueve en su ventana.

domingo, 23 de enero de 2011

Amores ocultos ese cajon olvidado llamado corazón

Abrazos ocultos en mil sombras que proyecté con las manos; caricias guardadas en botellas que arrojé al mar, donde un bolígrafo bic escribió la historia de mi vida en una hoja de cuaderno arrugada; besos que eché bajo llave en un pequeño baúl escondido en ese cajón del que nunca desaparecerán .

viernes, 21 de enero de 2011

LLÁMAME SIN ELLE

Háblame, susúrrame, grítame, 
salúdame, despídeme, búscame... 
Pero sobre todo 
si me pierdes, llámame. 
Y si estoy contigo, 
¡llámame sin elle!

sonrie cuando puedas, llora cuando lo necesites

Pasan los años, los proyectos, los sueños ¿Recuerdas como querías ser cuando eras pequeño? Crecer es darse cuenta de que la vida no es como quisieras que fuera, de que todo es mucho más complejo..responsabilidades, luchas, deberes, sonreir cuando no te apetece, mentir para no hacer daño a la gente que quieres, fingir cuando perfectamente sabes que te mienten ¿merece la pena hacer lo que se supone que debes más veces de lo que realmente quieres? ¿Por qué terminaste haciendo lo que todos hacen si se supone que siempre te sentiste diferente? solo has sido un cobarde disfrazado de valiente, siempre pendiente de lo que dice la gente. Escondes tus miedos para parecer fuerte, pero ya no más, es hora de ser consecuente. Quizás la clave para ser realmente libre sea reir cuando puedas y llorar cuando lo necesites, ser honesto con uno mismo, centrarse en lo importante y olvidarse del ruido.

martes, 11 de enero de 2011

Él se habia llevado su paraguas, pero ya no llovia

Y mientras él se marchaba, Margaret abría la nota de papel junto a la ventanilla, sentada en el asiento de su coche, con una ligera expresión de felicidad en su rostro, que pasaba desapercibida junto a las lágrimas que bajaban por su mejilla; una nota donde veía reflejados casi 4 meses, una nota donde lo único que una persona normal podía leer era "te quiero, Margaret"; una nota donde ella, que en este caso no se consideraba una persona normal si no estaba junto a él, podía leer "adiós Margaret". Y así pasaron las horas, eternidades para Margaret, y ella seguía allí sentada, mirando al asiento de al lado, como si esperara a alguien mas. Entonces miro a la ventana, y vio como el dibujo que ella había hecho días atrás con las marcas del vaho en el cristal seguían ahí. Ese día llovía también. Pensaba que, a lo mejor el solo había ido a dar una vuelta. que le iba a regalar un ramo de flores, de esas rojas que tanto le gustaban.. o que tal vez él solo quería comprar el periódico; pero no, no fue así porque ella dejaba pasar algo por alto; algo importante. Él se había llevado su paraguas, pero ya no llovía.

lunes, 3 de enero de 2011

un billete de avión, pero no uno normal

Eso es lo que necesito, un billete de avión, pero no uno normal, sino uno que me lleve al País de las Maravillas, a pasar un buen rato con Alicia, ya que ella nunca me dará la espalda, y si me la da todavía me queda aquel tipo loco y el gato de rayas, o, tal vez, uno que me lleve a Nunca Jamás, para enrollarme con Peter y vivir nuestro propio cuento en nuestro propio mundo, además siempre tendré la posibilidad de ponerle los cuernos con Garfio.



Y hoy, he sido capaz de levantarme, mirar al frente y seguir adelante.

He reido solo para hacer creer a la gente que soy feliz.
He llorado hasta que se me agotasen las lágrimas. He perdonado lo imperdonable. He tenido, tengo y tendré a las mejores personas cerca. He querido como nadie lo hará jamás. He conseguido fuerzas donde no las había. He hecho reír a la gente con mis tonterías. He tenido el valor de construir un futuro que jamás se cumplirá. Me he comportado como una niña chica solo para que vieran que todavía tengo algo inmaduro dentro de mi. He sido el pañuelo de lágrimas de aquellos que se han derrumbado. He llamado por teléfono solo para que se acordaran de que existo. Me he echo la sorda solo para no oír lo que no quería escuchar, y la ciega para no ver lo que dolía. He tenido enfrente al desamor. He tenido el coraje de decir lo que pienso. Me he tragado mi orgullo para no perder a personas importantes. Me he guardado cientos de lágrimas para hacer creer que soy fuerte. He tenido momentos de locura solo para ver como la gente es feliz.
Y hoy, he sido capaz de levantarme, mirar al frente y seguir adelante.

imposible, improbable

La real academia define la palabra imposible como algo que no tiene ni facultad ni medios para llegar a ser o suceder, y define improbable como algo inverosímil que no se funda en una razón prudente. Puestos a escoger, a mí me gusta más la improbabilidad que la imposibilidad, como a todo el mundo supongo. La improbabilidad duele menos y deja un resquicio a la esperanza, a la ética.