Me agobio con solo ver una hoja llena de números, necesito calculadora para sumar dos y dos. Poco de lo que pienso o pasa por mi cabeza tiene sentido, me cuesta ordenar las ideas cuando tengo algún problema, y sin quererlo, lo suelo pagar todo con la persona que menos lo merece.
Para mí siempre será mejor pedir perdón que pedir permiso. Necesito dormir mas de ocho horas para ser persona, y los fines de semana nunca me verás despierta antes de la una de la tarde. Hago el tonto siempre que tengo ocasión, suelen decirme que soy diferente a lo que la gente piensa de mí antes de conocerme.
Escribo para desahogarme de todo, para crear nuevas historias, para que los demás puedan saber lo que esta pasando por mi cabeza en estos momentos, aunque ni yo misma lo sepa bien. Para mí, escuchar a alguien es lo mejor que puedo hacer por él. Prefiero abrazos antes que besos, limón antes que naranja, no me gusta la coca-cola y el chocolate es mi gran tentación. No creo en Dios, pero si en mí misma, y en que hay algunas personas que son capaces de cambiar mi día con solo unas palabras. Aunque parezca raro, o más bien lo sea, también creo en la existencia de ángeles, como personas que se han ido pero han dejado algo pendiente, y se quedan con nosotros hasta que seamos fuertes y estemos preparados para continuar sin su ayuda, pero siempre recordándolos, sin olvidar lo que nos enseñaron.
Soy borde por naturaleza y no me sale ser cariñosa con casi nadie, se podría decir que la gran suerte de mi vida es que he encontrado muchos y buenos amigos. Siempre habrá dos personas especiales en mi vida, cumplen años en septiembre y por desgracia no van a poder estar en todos los míos, pero yo si estaré en los suyos hasta el último.
Aunque todo lo que he escrito no es ni la décima parte de todo lo que podría escribir, creo que estas son las cosas que más rondan por mi cabeza,
y que poca gente sabe.
y que poca gente sabe.